sábado, 15 de enero de 2011

Capítulo 3:

    Al día siguiente me desperté y seguí con la rutina de siempre: me duché, me cepillé los dientes, cogí la mochila y salí de casa. Llegué al sitio donde nos reuníamos siempre Alice y yo. Llegamos al instituto y entramos en clase. Allí vi a Robert, me miró y sonrió, yo le devolví la sonrisa.
-¡Kristie! - me llamó Alice. - Como veo estás muy feliz, pero te recuerdo que estamos en clase.
    Mi respuesta fue un bufido. Me senté bien, como una niña buena, saqué los libros y empecé a tomar apuntes, algo que hacía siglos que no hacía en la clase de naturales. Me encantaba la asignatura, pero odiaba al profesor . Era pequeño y gruñón, esas dos palabras explicaban como era a la perfección, no hacía falta dar más detalles.
    En cuanto sonó el timbre del cambio de clase, recogí rápidamente mis cosas, tiré del brazo a Alice y corrí hacia el sitio donde se sentaba Robert.
- ¡Hola! ¿Qué tal? ¿Cómo te ha parecido el profesor? ¿A que se enfada por poca cosa? Ah, por cierto, esta es Alice, mi mejor amiga - hablé tan deprisa que seguro que no me había entendido. Hablaba tan deprisa y decía tantas cosas cuando me ponía nerviosa, como en aquel momento. Pero él pareció entenderlo todo o al menos la mayoría, porque dijo:
- ¡Hola! Estoy un poco aburrido. El profesor explica todo, incluso lo que no hacía falta y lo que ya sabemos - respondió y luego se dirigió a Alice. - ¡Hola, Alice! Yo soy...
- Sí, ya sé quién eres, el nuevo - le cortó Alice. - Te llamas Robert, ¿no?
- Sí - respondió. - ¿Qué tenéis ahora?
- Yo educación física. Otra clase que odio - respondí.
- Yo tengo historia. Qué bien - respondió Alice con ironía. Empezamos a reírnos, cuando el profesor de naturales pasó por nuestro lado, se nos quedó mirando con cara rara y nosotros nos reímos mucho más.
- Y tú, ¿qué tienes? - pregunté cuando paré de reírme.
- También educación física - respondió.
- Oooh - dijo Alice sonriendo. - Bueno yo me voy. Después nos vemos Kristie.
- ¿A qué ha venido eso? - preguntó Robert sorprendido.
- A nada, esque es tonta - respondí bufando. - Venga, vamos, es por aquí - dije girando a la izquierda.
    En educación física jugamos a baloncesto. Lo que peor se me daba. Me gustaba más fútbol que baloncesto. Era alta, pero casi nunca metía. Lo contrario que Robert, él era un as. Si le pasaban el balón y estaba cerca de la canasta, metía seguro. Menos mal que faltaban pocos días para las vacaciones de Navidad. Era diecisiete de diciembre y el veintidós era el último día. Lo mejor era que aquel día era viernes.
   Las demás clases fueron más de lo mismo, nada interesante, nada destacable. En la última hora estuve con Alice, por lo que ni ella ni yo tuvimos que esperar a que saliera la otra. En cuanto salimos del instituto empezamos a planear qué haríamos el fin de semana.
- ¿Podría ir contigo al conservatorio? Le caigo bien a la profesora, las pocas veces que he ido, me ha tratado como si fuera una alumna más - sugirió Alice.
- ¡Claro! Y podemos quedarnos a dormir en casa de alguna. ¿En la mía o en la tuya?
- La última vez quedamos en la tuya, por lo que hoy quedaremos en la mía.
- Y mañana podemos ir al cine, ¿no?
- Sí, es lo que iba a decir, ya elegiremos la peli que veremos en casa.
    La casa de Alice ya estaba a unos metros por lo que nos dimos dos besos y nos despedimos.